Tamara Tassara, nuestra especialista en comercio exterior en Matices del Vino, nos plantea un desafío clave para cualquier bodega que quiera exportar: “Sostenibilidad y Transparencia: claves para el vino argentino en el mundo”.
Queremos invitarlos a pensar en una palabra que cada vez pesa más en el comercio exterior del vino: sustentabilidad.
¿Por qué hablamos de esto? Porque en los mercados internacionales, sobre todo en Europa, Norteamérica y los países nórdicos, el consumidor ya no solo busca un vino que le guste, sino que quiere saber cómo se hizo ese vino, quién lo hizo y cuánto impacto tuvo en el ambiente.
Esto marca una nueva era para el vino argentino.
A nivel mundial, vemos un crecimiento sostenido en la demanda de vinos orgánicos, biodinámicos y naturales.
En países como Suecia, Alemania o Canadá, los monopolios estatales ya tienen categorías específicas para este tipo de vinos y, en muchos casos, exigen certificaciones para participar en licitaciones.
En mercados más jóvenes como Estados Unidos, se valora cada vez más la transparencia en el etiquetado y la trazabilidad.
La tendencia del “Clean Wine” – vinos sin aditivos, de mínima intervención – capta la atención de los consumidores más jóvenes.
Y no se trata solo de una moda: los consumidores están dispuestos a pagar más por un producto que perciben como responsable con el ambiente y la comunidad.
Desde el comercio exterior, la sostenibilidad no es solo una responsabilidad ambiental, es una herramienta estratégica para abrir mercados.
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